martes, 27 de julio de 2010

Pameos


Mis dedos saborean un collar

tu mirada gris asesina

tómame despierto entre tus piernas.

Me hubiera gustado pasar

una o tal vez dos vidas

acariciándote los flancos luciérnagas.

Desnudo y con cicatrices blancas

en mis sueños te apareces

flor, pétalo, hojita.

En el jardín de manchas

secretos azules, rojos, violetas

una cortina con volados deshace al alba.

Entre voces algo lejanas

a la pared la siento fría

intercambiamos los lugares en la cama.

Si alguna vez volvemos al páramo

no prometo ser tu Heracles

sí besarte sobre el pasto como Morfeo.

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